Existen tres tipos de rayos solares: UVA, UVB y UVC. Los últimos jamás llegan a nuestra piel, pero los UVA y los UVB, sí. Los UVB lo hacen sobre todo en verano, afectan a la capa superficial de la piel (epidermis) y nos provocan efectos a corto plazo como las quemaduras. Los UVA actúan como un enemigo silencioso penetrando en nuestra piel sin que nos demos cuenta. Están presentes los 365 días del año y alcanzan la capa más profunda, la dermis, donde son capaces de causar daños graves a largo plazo: fotoenvejecimiento, alteración de las defensas de la piel e incluso cáncer cutáneo.
La piel dispone de mecanismos naturales de defensa frente al sol pero si la exposición es intensa, su actividad es insuficiente. Es necesario protegerse con complementos que impidan que los rayos solares nos alcancen (ropa, gorro, gafas,…) y con fotoprotectores que bloquean sus efectos nocivos.
Hoy en día, gracias a la tecnología los fotoprotectores cubren más de una necesidad. La gama Heliocare dispone de productos que protegen pero a la vez maquillan, hidratan, e incluso reparan la piel.
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Dependiendo de qué actividad vayas a desarrollar y cómo sea tu piel necesitarás un fotoprotector adecuado. |
- Protégete del sol durante cuatro estaciones del año
- Consulta tu fototipo para escoger el factor de protección adecuado
- Completa tu fotoprotección tópica por vía oral
- Usa fotoprotector siempre que desarrolles una actividad al aire libre
- Ten especial cuidado si has sometido tu piel a algún tipo de intervención o tratamiento
- Si estás tomando algún medicamento, consulta si produce fotosensibilidad
- Aplícate el fotoprotector media hora antes de la exposición al sol
- Aplícate el fotoprotector sobre la piel seca
- Aumenta la protección solar entre las 11:00h y las 16:00h
- Protege de manera especial a tus hijos pequeños
- En el embarazo extrema las precauciones
- Evita el uso de aceites solares
- No uses un factor de fotoprotección inferior al 20.
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