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5 consejos para prevenir las rozaduras en el deporte







La actividad física es muy beneficiosa para la salud. No obstante, en determinadas circunstancias, la piel del deportista puede verse afectada por diversos factores relacionados directamente con el ejercicio. Sobre todo, cuando este es intenso o se practica de forma regular. 
En ese sentido, el Colegio Americano de Medicina del Deporte ha estimado que el 21% de las consultas médicas de los deportistas hace referencia a problemas dermatológicos.
Una de las afecciones de la piel más habituales entre quienes practican ejercicio físico son las rozaduras, las cuales aparecen generalmente debido a la fricción constante y repetitiva con el material deportivo empleado, con la propia piel o por un traumatismo.
El roce de piel con piel durante el ejercicio físico hace que estas lesiones se localicen sobre todo en las áreas de los pliegues cutáneos, tales como la cara interna de los muslos, las ingles, las axilas o los pechos.
Estas rozaduras deportivas pueden manifestarse de diferentes formas. Entre ellas, abrasiones, erosiones, ampollas, callos, uñas encarnadas y otras más particulares al estar estrechamente vinculadas a ciertas actividades físicas como son el talón negro, el pezón del corredor o el hombro de nadador.
Debido a esta realidad, habría que prestar una especial atención al cuidado de la piel de los deportistas.



La buena noticia es que, con las medidas adecuadas, se pueden prevenir e incluso evitar las rozaduras deportivas: 
  1. Mantener la piel hidratada. Una buena hidratación de la piel permitirá que esta esté más protegida frente a agresiones externas como las rozaduras deportivas. Por este motivo, hay que aplicar una crema hidratante a diario en todo el cuerpo e insistir en aquellas zonas más vulnerables como son los pies y las manos. Asimismo, en el caso de la natación, es importante que los hombres eviten la barba y se rasuren antes de sus entrenamientos. Si no, puede aparecer el llamado hombro de nadador, que consiste en una irritación de esta parte del cuerpo por el roce de la barbilla sin afeitar.
  2. Cortar las uñas del pie rectas. En ocasiones, las uñas de los dedos de los pies pueden entrar en la dermis, inflamar y enrojecer la piel de alrededor e incluso causar una infección. Es lo que se conoce como uñas encarnadas. Estas son frecuentes en los deportistas, por lo que es fundamental recortar las uñas bien rectas. También puede ser de ayuda poner un trozo de algodón debajo del margen lateral del pie.
  3. Usar un calzado y material deportivo adecuado. El roce constante de la piel del pie del deportista con la zapatilla, junto al microambiente húmedo y cálido, favorece la aparición de ampollas. Por esta razón, es imprescindible que el calzado sea siempre el idóneo y se ajuste correctamente al pie. Esta medida, a su vez, también será de ayuda para evitar las uñas encarnadas en el deportista. Otra acción efectiva para prevenir las ampollas en los pies como consecuencia de la actividad física es el uso de calcetines absorbentes y polvos de talco astringentes. También, utilizar dos calcetines distintos, uno encima del otro, para evitar la fricción o bien de tipo acrílico y específicos para la práctica de ejercicio físico. En el caso de los atletas, sobre todo los de larga distancia, puede aparecer lo que se conoce como el pezón del corredor. Esta afección dermatológica se debe al roce continuo con camisetas o sujetadores de materiales excesivamente rugosos y ásperos, lo que acaba provocando irritación, erosiones y fisuras en los pezones. De este modo, para prevenir el pezón del corredor, se recomienda usar telas blandas semisintéticas o de algodón.
  4. Utilizar almohadillas de fieltro. En aquellas áreas expuestas a un trauma o rozamiento repetitivo como consecuencia del ejercicio físico, suelen aparecer callosidades. A pesar de que estas se pueden prevenir usando almohadillas de fieltro, en la mayoría de casos no son dolorosas e incluso pueden suponer una ventaja en ciertos deportes como la gimnasia, la halterofilia o el tenis. En cualquier caso, es conveniente que los atletas conozcan los errores y aciertos del cuidado de las callosidades. El uso de almohadillas de fieltro en la práctica deportiva también puede ayudar a prevenir el talón negro. Esta afección dermatológica consiste en la aparición de pequeñas manchas oscuras, causadas por microhemorragias, en el talón o el pulpejo de los dedos. Lo cierto es que se trata de una afección común en jóvenes, especialmente en aquellos que practican deportes con paradas y acelerones frecuentes como el tenis o el baloncesto. Estas manchas también se dan en las palmas de las manos de golfistas, tenistas, escaladores y gimnastas.
  5. Aplicar crema anti-rozaduras. Antes del ejercicio, conviene utilizar una crema para rozaduras del deporte. De este modo, se creará una película protectora sobre la piel que ayudará a prevenir irritaciones. Por las propias condiciones que se dan al practicar una actividad física, es importante que esta crema antirozaduras sea resistente al agua, la humedad y el sudor, pero que, al mismo tiempo, permita que la piel transpire. En el caso del pezón del corredor, también puede ser útil cubrir la zona con apósitos. Si a pesar de todas estas medidas preventivas para evitar las rozaduras deportivas aparecen lesiones, es fundamental un tratamiento adecuado y acorde a la naturaleza del tipo de afección dermatológica.
"La práctica del ejercicio regular tiene un impacto sobre nuestra salud mucho mayor del que suponemos."


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Bibliografía

5 consejos para prevenir las estrías

Las estrías son una especie de cicatrices que aparecen cuando se produce un desgarro de las fibras elásticas y de colágeno en la dermis, la capa intermedia de la piel. Se caracterizan por ser áreas cutáneas de textura irregular, generalmente más delgadas y hundidas.Son lesiones muy frecuentes, sobre todo en la pubertad y el embarazo al producirse un rápido estiramiento de la piel. También, cuando hay un aumento de peso importante, después de una dieta estricta o con la práctica de disciplinas como el fitness o el culturismo.Asimismo, el uso prolongado de corticoides tópicos o sistémicos y algunos trastornos médicos pueden provocar su aparición.
"La pubertad, el embarazo, un aumento de peso o disciplinas deportivas que impliquen un rápido desarrollo de los músculos pueden dar lugar a la aparición de estrías."
En la mujer, las estrías suelen localizarse en los pechos, las caderas, los muslos, los glúteos y, durante el embarazo, en el abdomen; mientras que en el hombre son más comunes en los hombros, la región lumbar y del sacro, las rodillas y los muslos.
Cuando se producen, las lesiones suelen ser de color rosado, rojo o púrpura oscuro, además, pueden picar, estar enrojecidas y contener capilares dilatados. En esta fase inicial, se conocen como estrías rubra. Posteriormente, se produce una depresión en la zona, la epidermis se adelgaza y la piel se vuelve de un color blanco nacarado, como si se tratara de una cicatriz no reciente. Son las llamadas estrías alba.
A pesar de que en su aparición hay una marcada predisposición genética, un adecuado cuidado de la piel puede ayudar a prevenir las estrías:
  • Hidratar la piel. Es fundamental adquirir el hábito de aplicar crema hidratante por todo el cuerpo después del baño, así como beber la suficiente cantidad de agua durante el día. Una piel hidratada será menos vulnerable a la aparición de estrías.
  • Evitar los cambios bruscos de peso. Aunque la piel es elástica, cuando se produce un estiramiento importante en poco tiempo, las fibras elásticas y de sostén de la dermis pueden romperse y dar lugar a las estrías. Por este motivo, hay que procurar que cualquier cambio corporal tenga lugar de forma progresiva.
  • Prevenir la aparición de estrías en la adolescencia. Durante la pubertad, el crecimiento y el desarrollo de las características anatómicas propias de cada sexo pueden implicar la aparición de las primeras estrías en la piel. Aunque pueden afectar tanto a los chicos como a las chicas, son más comunes en estas últimas. Por todo ello, es importante que los jóvenes adquieran el hábito de hidratarse la piel, si quieren tratar de prevenir las estrías.
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  • Aplicar una crema antiestrías durante el embarazo. La gestación provoca un rápido estiramiento de la piel, sobre todo en el abdomen. De ahí que la gran mayoría de las embarazadas, entre el 75 y el 95%, se vea afectada por las estrías. Por este motivo, durante el embarazo es fundamental hidratar la piel en profundidad y aplicar a diario productos específicos para estrías. Se aconseja empezar con estos cuidados al inicio del embarazo, pero deberían ser imprescindibles a partir de la semana 24 de gestación y sobre todo en madres primerizas, ya que tienen una mayor incidencia.
  • Tratar las estrías cuanto antes mejor. Si se prevé un cambio brusco de volumen, hay que aplicar cremas anti-estrías de forma preventiva que incluyan principios activos hidratantes, nutritivos, regeneradores y que estimulen la producción de colágeno y elastina. Asimismo, una vez han aparecido, hay que seguir con el tratamiento para las estrías para evitar su crecimiento y profundización. Hay que tener en cuenta que la evolución de estas lesiones dependerá de los cuidados que le proporcionemos en las primeras fases, cuando aún están rosadas, rojas o púrpuras.