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¿Cómo actuar frente a las heridas más frecuentes?

Los accidentes cotidianos hacen que cualquier persona y en cualquier situación pueda sufrir alguna herida. Cuando esto pasa, la piel tiene la capacidad de autorepararse del daño sufrido a través de la cicatrización.

No obstante, cuando este proceso no se realiza en las condiciones óptimas, la piel tiene dificultades para regenerar el tejido cutáneo afectado, y como consecuencia, la curación de la herida se ralentiza y las cicatrices suelen ser más visibles.

Por todo ello, es fundamental conocer cómo limpiar una herida y tratarla de la forma más adecuada.
Al tratar una herida de la piel, es fundamental conocer cómo limpiarla. En el caso de cortes, abrasiones, quemaduras solares o superficiales y úlceras, los pasos a seguir son los siguientes:
    Pautas a seguir ante
    una herida frecuente:
  • Evaluar la profundidad de la herida. Si además de la piel, afecta a otras estructuras subcutáneas, como tendones, vasos sanguíneos o nervios, hay que cubrirla con gasas estériles y acudir a un centro médico.

  • Lavar únicamente con agua potable o suero fisiológico, en caso de que se trate de una lesión superficial limpia. Aplicar jabón neutro, si la herida presenta suciedad en su interior.

  • Desinfectar con antisépticos cuando haya síntomas de infección o exista este riesgo.Secar la herida suavemente con una gasa estéril.

  • Aplicar apósitos hidropoliméricos mientras la herida esté inflamada y supure. Estos apósitos permiten su curación en un ambiente húmedo. Esta fase suele durar de 3 a 5 días. Una vez comienza el proceso de regeneración de la piel, cubrir la herida con un apósito hidrocoloide (láminas auto-adhesivas, finas y transparentes) o con una placa o lámina de hidrogel, ya que hay que evitar que la herida se seque. Otra opción es aplicar frecuentemente un hidrogel amorfo que mantenga el lecho de la herida húmedo. Para sujetar los apósitos, se recomienda una malla tubular o vendas elásticas que no comprometan la circulación.

  • Durante la fase final de epitelización, aplicar geles o cremas cicatrizantes para heridas que aporten humedad y principios activos que estimulen la reparación de la piel, como el Aloe Vera o el Pantenol,, para evitar la sequedad, la hiperqueratosis, el prurito y el posible rascado.Proteger la cicatriz del sol con protectores solares y evitar la exposición directa, hasta que adquiera una pigmentación similar a la piel que la rodea.Ante una herida que no cura a pesar de estos cuidados, hay que consultar con el médico.




5 consejos para el cuidado de las manchas cutáneas



Las manchas en la piel aparecen como consecuencia de una alteración de la melanina, el principal pigmento cutáneo. Concretamente, se trata de hiperpigmentaciones que suelen ser de color marrón claro u oscuro y que pueden manifestarse en diferentes partes del rostro y el cuerpo.Las manchas cutáneas, por tanto, hacen que la piel adquiera un tono irregular, lo cual constituye uno de los mayores motivos de preocupación estética.En ese sentido, cómo eliminar las manchas en la piel es una inquietud frecuente tanto en las consultas de dermatología como en las oficinas de farmacia.El reto está en que, el tratamiento para eliminar las manchas es difícil, pues no siempre se pueden evitar por completo los factores que lo promueven.Entre ellos, un abuso de la exposición solar en la juventud, los desequilibrios hormonales, el consumo de medicamentos fotosensibilizantes, ciertas disfunciones endocrinas y afecciones dermatológicas como el acné, la dermatitis o la psoriasis.
No obstante, un tratamiento para las manchas de la piel bien diseñado y cumplido con constancia puede suavizarlas e incluso hacer que estas desaparezcan totalmente.

"El cuidado de las manchas cutáneas aúna dos estrategias: la protección solar diaria y los tratamientos despigmentantes".
Para ello, es necesario tener en cuenta estos cinco consejos específicos para unificar el tono:
  1. Detectar la tipología de mancha cutánea. Antes que nada, se deben identificar los tipos de manchas en la piel. Esto es primordial para poder descartar lesiones cancerosas o con riesgo a malignizarse. Las señales que deben ponernos en alerta ante una mancha o un lunar siguen la denominada regla ABCDE. Es decir, hay que acudir al dermatólogo con celeridad ante una lesión asimétrica (A), de borde irregular u ondulado (B), de color no homogéneo (C), con un diámetro mayor de 6 mm (D) y que ha evolucionado rápidamente (E). También, ante cualquier herida en la piel que no cicatriza. A partir de ahí, se deberá adecuar el protocolo de actuación en función del tipo de mancha que se desee eliminar: pecas, melasma o cloasma, hiperpigmentación postinflamatoria, lentigos solares, lentigos simples y lunares.
  2. Proteger la piel de la radiación solar. El uso diario de protector solar es la mejor estrategia para prevenir las manchas en la piel. Sobre todo, en el caso de quienes tienen un mayor riesgo a experimentar hiperpigmentaciones cutáneas. En general se trata de personas con predisposición genética a las manchas, con un fototipo bajo, que viven en un área geográfica con un alto índice de radiación ultravioleta o que toman medicamentos fotosensibilizantes. Por ejemplo, los anticonceptivos, las terapias estrogénicas y los antiepilépticos. También, las embarazadas, las mujeres en proceso de menopausia o quienes sufren afecciones dermatológicas como acné, dermatitis o psoriasis. Por tanto, la recomendación del mejor protector solar se debe hacer teniendo en cuenta todos estos factores. Asimismo, la constancia en la fotoprotección es necesaria para ayudar a mantener los resultados y evitar retrocesos a la hora de iniciar un protocolo para eliminar las manchas cutáneas.
  3. Realizar un tratamiento despigmentante. Los productos tópicos con sustancias despigmentantes son muy efectivos para atenuar las manchas y unificar el tono de la piel. En función del tipo de hiperpigmentación que se desee eliminar, estos tratamientos pueden intervenir de diferentes formas. En primer lugar, inhibiendo la formación de melanina al actuar frente a las moléculas que activan el proceso. Para ello, las sustancias antioxidantes son clave. En segundo lugar, inhibiendo la tirosinasa, enzima que participa en la síntesis de la melanina. Y, en tercer lugar, fomentando la transferencia de la pigmentación a la superficie de la piel para poder ser eliminada. Más allá de adecuar el tratamiento despigmentante al tipo de mancha, estos también deben estar disponibles en diferentes texturas para adaptarse a las diversas necesidades y tipologías cutáneas. Por lo general, este tipo de productos o cremas para eliminar manchas en la piel deben aplicarse una o dos veces al día sobre la zona afectada, durante al menos tres meses. Entre los principales activos despigmentantes que no son medicamentos, destacan el ácido kójico, el ácido fítico, el ácido ascórbico, la curcumina, el ácido salicílico, los alfa-hidroxiácidos (glicólico, láctico, cítrico y málico) y ciertos extractos vegetales.
  4. Tener cuidado con los factores desencadenantes. Si bien es cierto que los cambios hormonales en determinadas etapas de la vida de la mujer, las disfunciones endocrinas, ciertas enfermedades dermatológicas o el consumo de algunos medicamentos no se pueden evitar, hay otras causas que fomentan la aparición de manchas cutáneas en las que sí se puede intervenir. Entre ellas, adoptar unos hábitos de exposición solar saludables, prescindir de ingredientes cosméticos que puedan ser fotosensibilizantes (por ejemplo, ciertas fragancias), extremar la precaución en caso de recurrir a la cera para la depilación del rostro y acudir a profesionales especializados en caso de querer realizarse algún tipo de tratamiento láser facial. Por su parte, una dieta equilibrada también contribuirá a mantener un tono uniforme en el cutis. Esto se debe a que el exceso de hierro o las deficiencias de este mineral y otros nutrientes como el calcio, la vitamina A, B y E pueden favorecer la aparición de manchas en la piel.
  5. Acudir al dermatólogo. En caso de melasma o hiperpigmentaciones postinflamatorias, puede ser necesario recurrir a medicamentos con efecto despigmentante. Estos suelen incluir principios activos como la hidroquinona o derivados, la tretinoína y los corticoides. Su presencia en productos cosméticos está prohibida y su uso debe ser siempre bajo prescripción y control médico. Así pues, a pesar de que la prevención es primordial en el cuidado de las manchas cutáneas, existen tratamientos efectivos para poder eliminarlas una vez aparecen.