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DERMATITIS ATÓPICA: EL ESTRÉS INFLUYE

La piel refleja la situación emocional de una persona. La ansiedad puede favorecer la aparición de granos, sequedad o irritación de la piel y agravar patologías cutáneas. Diversos estudios muestran, por ejemplo, que el estrés influye negativamente en la dermatitis atópica. Investigadores del Instituto Karolinska, de Estocolmo (Suecia), ya demostraron, hace unos años, la relación existente entre síntomas de la dermatitis atópica y la ansiedad, basada en un gen que esta implicado en el transporte de la serotonina, un mediador del sistema nervioso. Un estudio japones posterior asocio la ansiedad en las embarazadas a un mayor riesgo de que los bebés desarrollen eccema atópico en sus primeros ocho meses de vida. La dermatitis atípica es una enfermedad crónica que se caracteriza por la sequedad de la piel, la aparición de lesiones de enrojecimiento e inflamación, así como la descamación en placas junto con un intenso picor que provoca el rascado y mayor irritación de la piel. Los brotes de dermatitis pueden alterar mucho la calidad de vida, afectando al sueño, el trabajo o los estudios.
Aparte del estrés, otros factores que pueden agravar los síntomas son los cambios bruscos de temperatura, la presencia de polvo en casa o el uso de productos de aseo inadecuados o de prendas de vestir que no facilitan la transpiración.
La higiene e hidratación diaria con productos específicos que disminuyan la posibilidad de sobreinfeccion resultan esenciales para tener controlada la enfermedad. También es importante la aplicación correcta del tratamiento farmacológico tópico cuando aparece el brote. 

Los médicos recuerdan que el tratamiento precoz ayuda a que la evolución de la enfermedad sea mejor


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